Santiago en 99 palabras



Santiago observa a los pasajeros del Metro y no entiende. Ve sus caras de cansancio, miradas resignadas, respiros sin anhelos; algunos sentados, otros parados. No comprende. Santiago pide permiso antes de subir a un vagón, es cuidadoso de no atropellar a otra persona, y si puede, da su lugar apenas lo desocupa. Pero el resto olvida. Santiago cree que los capitalinos dejaron de sentir la presencia del prójimo, eligen vergüenza antes que atreverse y mirar. Prefieren ser ambulantes de sus propios destinos, y solidarizar en fechas especiales: públicas. Santiago sabe; vive en silla de ruedas.

AMOR

<<Desnudos, se hacen el amor delante de la chimenea. El resplandor de las llamas les caldea la piel, los cuerpos son un solo, rítmico latido.
Un solo, rítmico latido cada vez más pujante.
Agotados, los tres cuerpos se desenroscan lentamente, las antenas se separan. Las llamas se multiplican en las escamas triangulares
>>.


Por H. G. Oesterheld


PD: Siempre entre dos, existen un tercero. Digan lo que diga.