Orrego Luco (en cinco momentos)

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“En un pasaje sin retorno, en la comuna de Providencia, existe un pequeño barrio nocturno, pues los locales que lo componen comienzan a recibir público solamente cuando se divisa otro crepúsculo en la ciudad. Ambiente de preparación donde los golpeteos de las mesas con la acera, los comentarios a viva voz de los meseros y las canciones poperas de fondo crean un prolongado bullicio que se abstiene de pasar desapercibido. Al contrario, el efecto de movimiento y la sensación de productividad laboral da señales que los restobares están abierto: Es la hora de consumir”.

O por lo menos eso anotaba Emilio en su cuadernillo de notas (especialmente entregado para llevar la cuenta de las comandas pedidas por los clientes del Viciuos). Primer día como mesero, y para evitar el mítico primer nerviosismo de todo nuevo laburo, decidió registrar lo acontecido a su alrededor. Sin embargo, el acto testimonial se interrumpe cuando Emilio observa que en la 1T, una de las tres mesas designadas para atender, se sienta una persona; y otra, y otra… y otra… Hasta que su sector completo de atención exige consumo inmediato. La carrera part-time se inicia y no hay vuelta atrás.

1 comentario:

El Eternauta dijo...

Esperando el momento 2
saludos!