Quiebre sanguíneo

Dejaré el trabajo para otro día… La cordillera santiaguina viste de blanco, representando el retrato que deseo presenciar durante el resto del día, desde la azotea del edificio donde se encuentra mi departamento-hogar. Tarde de abstracción melancólica, natural. Sólo inhalar y exhalar aire frío, fresco; igualmente al trago que bebo, sentado en una silla reclinable. En 120 grados observo la inmensidad y replanteo mi pequeñez, mi fragilidad. Como que casi estuviera quebrado por dentro. Filo… Ya pasará, ya se me pasará. Total, ellos ya decidieron. Para qué seguir pensado. Y si las nubes transitan, por qué no el tiempo.El bebestible se acaba, la luz natural también. El alumbrado público hace aparecer la oscuridad que cubre completamente a la anterior pintura invernal. Y quebrado me convierto: todo opaco, sin acción y menos verborrea banal. Mejor vuelvo, a ver si alguien quiere, o no quiere estar solo. ¿No es cierto, papá? ¿No es verdad, mamá?

No va más.

2 comentarios:

Javier. dijo...

Family's stories. A playstory about courage. Re-birth is the word...translating our thoughts in future...because everything, the best, is just around the corner.

Anónimo dijo...

merde
Ce blog est un merdeº