A Des-Tiempo

21 Horas

Veinte grado en el ambiente. Es verano, y en la playa Peñuelas el persistente viento marino refresca el acalorado cuerpo de Benjamín. O para ser más gráficos, su quemada corporalidad. Esto debido a que una apacible siesta a pleno sol, con sólo el traje de baño puesto y la arena como lecho, lo dejara completamente insolado. Ahora, en medio del atardecer, el suave oleaje del mar ahoga la ardiente estrella anaranjada para dar paso a otra noche. Pero una muy particular, pues Benjamín tendrá un encuentro con quién menos se lo espera…

Mientras, Benjamín comparte una cerveza helada con sus tres compañeros santiaguinos en el bar El Muelle y trata de soportar las burlas vinculadas con su rojizo bronceado.

23:15 hrs

Sabrina aparece vestida con una polera negra ajustada y un blue jeans curvilíneo, al igual que su cintura. Con ella, detrás le siguen tres amigas.

- Perfecto- indica un amigo de Benjamín-. Ya llegaron. Cuatro y cuatro… Estamos.

Pero la cosa no es tan fácil. El grupete de santiago conoció a las muchachas coquimbanas ese mismo día en la playa. De modo que Benjamín es el galleta, el que no se vio. Él las ve escéptico y me dio avergonzado por no saber quién es quién. O sea, menos Sabrina. (Ah, casi se olvida, Benjamín sabe su nombre porque todo la tarde sus compañeros hablaron de una tal Sabrina: una cabra buena onda, hermosa e inteligente. Casi una diosa). Entonces, el Benja, como le dicen sus cercanos, se da cuenta que ella, la rubia de ojos oscuros, tiene que ser Sabrina.

1:33 hrs

- Ah, no te preocupí. Dime Sami, como todo el mundo. O sea, si quieres- confiesa honestamente Sabrina a Benjamín, en medio de la pista de baile.

- Dale…Gracias- replica tímido el muchacho.

El reggaeton comienza a salir por los parlantes del local Tiempo. Sabrina se convierte en una bailarina exótica y demuestra sus dotes, tanto físicos como dancerísticos. Benjamín observa con premura su desplante y no desea quedarse atrás. Él siempre ha sido reconocido, y a la vez bromeado, por sus amigos de la capital como el ganador de múltiples competencias de baile y divertimentos escolares. Bueno, esos años han pasado, pero Benjamín todavía se siente apto para demostrar por qué tuvo el título de campeón. A pesar del obstinado dolor propagado por las rojizas quemaduras.

Benjamín percibe que vale la pena todo el malestar.

3:00 hrs

La noche se mantiene candente. Los amigos de Benjamín y las acompañantes de Sabrina se encuentran charlando en unas mesas, mientras comparten uno que otro picher de cerveza Escudo. Ya que para los dos adolescentes danzarines, la fiesta sigue en la pista de baile. Pero las posiciones cambian. Ahora ambos están abrazados, se tocan sus extremidades y transpiran por la aglomeración de otros cuerpos en movimiento, además de la frotación de los suyos. Ellos se mirar y tratan de conocerse. Observan sus rasgos faciales, sus ropas y sus físicos. Los dos se atraen, y no hay quién lo impida. Y eso lo saben. Por eso lo sellan con un excitante ósculo, mezclado con alcohol y otros sabores. Y les gusta. Lo repiten una y otra vez. Se abrazan, y se vuelven a tocar. Benjamín siente más el calor que expande Sabrina que el suyo, producto de la insolación. Incluso, el sudor de uno y otro es cada vez mayor. Todo se siente húmedo y, sin embargo, cómodo. Seguro.

Benja y Sami se conecta. Y no parece que deseen separarse. No todavía.

6:00 hrs

En la casa de una tía, ubicada en La Serena, Benjamín piensa en Sabrina y todo lo que sucedió en esta noche. Sus tres amigos duermen en el living sin problema. Pero él no puede pegar un ojo. Sabe que su situación puede cambiar si toma la decisión correcta.

- Oye Benja, duerme de una vez cabro… Que mañana nos devolvemos a Santiago. No veí que te toca manejar, más encima. Ya, dale. Acuéstate de una vez.- masculla, casi como un mandato, uno de sus amigos.

Benjamín lo mira y le dice que no se preocupe. Que ya se va a dormir. Sin embargo, eso no pasa. La chica del norte no lo deja. Una llamada en su celular, puesto en silencio, indica su nombre y sabe que todo puede cambiar si lo quisiera. Ese es el problema, ¿lo quiere?

El sol se recupera de su durmiente ahogo y comienza a salir lentamente por la tranquila marea, para tomar un nuevo respiro.

1 comentario:

El Eternauta dijo...

¿Realidad o ficción?

El placer de los que lo saben!