Regalo de navidad

Guillermo estaba nervioso. Mucho. Al frente suyo, la casa de Paula todavía se encontraba iluminada. Eran las tres de la madrugada y el muchacho tenía la certeza que todos los habitantes del hogar estarían durmiendo, pero al parecer eso no era así. El ritmo pachanguero hacía zumbar con gran intensidad los vidrios de las ventanas. Voces de jolgorio post-abertura-de-regalos se mezclaban entre si. Guillermo dudaba en tocar el timbre y menos iba a gritar para comunicar su presencia. Mientras, sostenía una caja muy bien empaqueta con un papel rojo con pequeños viejos pascueros y adornada con una cinta blanca con forma de botón de rosa. Era el momento decidir. ¿Entregar el presente u olvidarse por completo y regresar en otra ocasión?

De repente alguien grita con euforia:

- ¡No te creo, llegaste!

Guillermo, obnubilado, sólo observaba el bello y apretado vestido negro que tenía puesto Paula.

-Pero pasa, no seas nerd. Está toda la familia en la casa, con mis primos y todos los que conociste esa vez donde el tío buena onda. Vamos, entra no más.

Guillermo se acerca a Paula, la abraza con fuerza y le entrega el regalo:

-¿Y esto? ¿Es para mí?- pregunta la chica.

El muchacho asiente con la cabeza y recita sin tapujo alguno:

-Yo todavía estoy aquí… Siempre lo he estado. Y no pienso irme todavía… Eso espero.

Y desde la primera palabra Paula desangraba lágrimas. Aguas saladas de sentimientos pasados y presentes. Para Guillermo todo era posible, pero para ella existía una decisión que necesitaba mantenerse. Resignada, debía custodiar su alejamiento por el bien de ambos. No deseaba lastimar por confusiones, ni menos herir por lo irresoluto de su corazón. La atracción era sincera, pero el afecto vacilante. No había respuesta todavía, y Guillermo lo sintió. Observó los ojos de niña de Paula y lo supo.

-Oh I will be here... Come back… Come back…- murmuraba Guillermo a varias cuadras lejos de la casa de Paula y en dirección al paradero para tomar el transporte público. El volumen del MP3 estaba al máximo y el sonido de la canción en ingles repercutía en la tranquila noche veraniega.

Poco a poco todo se va a negro y Guillermo cierra los ojos, esperando…

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