Intimidad


Quién sabe si vivimos siempre nada más que alrededor de las personas, aún de aquellas que viven con nosotros años y años y a las cuales, debido al trato frecuente o diario y aun nocturno, creemos que llegaremos a conocer íntimamente; de algunas conocemos más, de otras menos, pero sea cual fuere el grado de conocimiento que lleguemos a adquirir, siempre nos daremos cuenta de que reservan algo que es para nosotros impenetrable y que quizás les es imposible entregar: lo que son en sí y para sí mismas, que puede ser poco o que puede ser mucho, pero que es: ese oculto e indivisible núcleo, que se recoge cuando se le toca y que suele matar cuando se le hiere”.

Manuel Rojas, Hijo de Ladrón.

PD: Se recomienda leer esta novela chilena; su narrativa tiene sangre y sudor autoral.

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